Cómo el CO2 reciclado está cambiando el panorama de la fabricación


Los ambientalistas han empujado a los gases de efecto invernadero como la principal causa del calentamiento global. El dióxido de carbono ha sido considerado como el mayor contribuyente al efecto invernadero. Pero, ¿y si hubiera una manera de reciclar el gas de efecto invernadero más abundante en la atmósfera de la Tierra?

El dióxido de carbono es un subproducto importante de la generación de energía industrial que implica la quema de combustibles fósiles. El gas desperdiciado es un agente de efecto invernadero y se genera en enormes volúmenes cada año. De hecho, es el elemento fundamental responsable de cambiar nuestro clima. Muchos científicos afirman que la lucha contra el dióxido de carbono liberado por la producción industrial podría ser nuestra mejor opción para luchar contra el cambio climático mundial.

Por lo tanto, si pudiéramos encontrar una manera de capturar y reutilizar ese gas desperdiciado, además de lo que ya estamos haciendo para reducir la cantidad liberada a la atmósfera, estaríamos en una posición mucho mejor en nuestra batalla global contra el cambio climático.

Reciclaje de desechos de carbono

Ya ha habido mucha discusión e investigación sobre cómo se puede capturar y almacenar el CO2 de las instalaciones petroleras y de las plantas de carbón. Se han llevado a cabo varios proyectos para determinar la viabilidad de capturar el CO2 antes de que llegue a la atmósfera, comprimiéndolo lo máximo posible y almacenándolo en lo profundo de la tierra para siempre. Sin embargo, varias empresas están tratando de aprovechar el gas desperdiciado en lugar de simplemente enterrarlo bajo tierra.

Todo esto forma parte de una nueva ola en la industria conocida como la economía circular. En su estado actual, la producción de petróleo, gas y carbón produce más dióxido de carbono nocivo que cualquier otra industria. La mayoría de los países y estados ya han promulgado impuestos estrictos sobre el carbono, y el costo de dejar que el gas entre en el aire parece estar subiendo.

La región canadiense de Alberta, por ejemplo, aplica un impuesto de 15 dólares por tonelada sobre las emisiones de carbono y Colombia Británica cobra hasta 30 dólares por tonelada. Aunque este impuesto puede no ser suficiente para impactar la operación altamente rentable de la minería de petróleo y gas, puede forzar a las compañías a considerar formas de reducir su huella de carbono y recurrir a una forma de operar con restricciones de carbono.

Sin embargo, la captura de carbono no es barata, y en algunas partes del mundo puede costar más de 90 dólares recuperar carbono útil y valioso de sólo una tonelada de humo. Sin embargo, una variedad de productos de carbono útiles pueden ser hechos con el carbono recuperado de este proceso, así que los costos pueden ser compensados.

Empresas que usan el CO2 de forma creativa

La empresa estadounidense Novomer , junto con Albemarle Corporation , ha fabricado con éxito carbonato de polipropileno (PPC) a partir de residuos de dióxido de carbono y ya está fabricando con la ayuda de estos polioles. Producen adhesivos de mejor calidad para uso industrial. La investigación para el proyecto se llevó a cabo con financiación de la Oficina de Energía Fósil del Departamento de Energía de los Estados Unidos . Y una empresa química con sede en Alemania ha tenido éxito en el uso de CO2 para crear poliuretanos. La compañía, Bayer , cree que esto puede ser utilizado para crear espuma suave utilizada en colchones.

Un puñado de compañías también se están volviendo creativas en las formas en que se usa el dióxido de carbono una vez que es capturado de los humos de las plantas de carbón. La limpieza con CO2 seco, por ejemplo, es una tecnología nueva e innovadora que utiliza dióxido de carbono reciclado en una serie de aplicaciones industriales creativas.

Esta tecnología utiliza el gas para el enfriamiento de máquinas herramienta, la limpieza de instrumentos médicos complejos y dispositivos electrónicos, la extracción selectiva e incluso la limpieza en seco respetuosa con el medio ambiente. Las soluciones pueden ser aplicadas en diferentes industrias, incluyendo energía solar, fibra óptica, fabricación de equipos originales y semiconductores. El beneficio ambiental añadido es que ayuda a los fabricantes a evitar el uso y la eliminación de millones de galones de agua.

Estas son sólo algunas de las formas más nuevas e innovadoras en las que el dióxido de carbono se recicla y se utiliza bien. Hay varias otras industrias que ya están reorientando el CO2 de manera útil:

  • La industria del plástico utiliza el CO2 capturado para la construcción de polímeros y policarbonatos.
  • La industria de las bebidas utiliza el gas reciclado para las bebidas carbonatadas.
  • Los extintores de incendios utilizan el gas para la extinción de incendios.
  • El CO2 puede utilizarse como gas de protección en soldaduras, protección para polvo de carbono, como agente inerte para productos de manta, inyectado en carcasas metálicas, propulsor en latas de aerosol, pellets de hielo seco para chorro de arena y hielo seco en refrigeración.

El futuro del reciclaje de CO2

Los costes de la captura de carbono pueden ser prohibitivos en este momento, pero se están realizando nuevas investigaciones para que esta estrategia sea aplicable a una escala mucho mayor. A medida que bajan los costos, podemos esperar la adopción generalizada de esta técnica en una serie de industrias.

Aunque se están haciendo esfuerzos constantes para reducir la cantidad de CO2 liberada al medio ambiente, el hecho es que sigue ocurriendo mucho más de lo que debería y sigue haciendo daño al planeta cada hora de cada día. Por lo tanto, hasta que pueda ser completamente eliminado, es crítico que el gas sea capturado y utilizado en otras formas seguras para el medio ambiente.

Si más empresas e industrias encuentran formas de aplicar la captura y el reciclaje de carbono, podemos reducir en gran medida nuestro impacto sobre el medio ambiente y dejar un mundo mejor para las generaciones futuras.

Sobre el autor: Jon Wikstrom es un apasionado escritor ambientalista que frecuentemente aparece como autor invitado en una variedad de blogs de tecnología verde. También es el fundador de Cool Clean Technologies, una empresa con sede en Minnesota que es pionera en el uso de la tecnología de limpieza con hielo seco de CO2 en el campo de la fabricación. Para más información, visite www.coolclean.com

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